El avance hacia la “normalidad” en las firmas de abogados, por María Burgos, consultora senior en Iterlegis

Desde un punto de vista estrictamente empresarial, una de las consecuencias más importantes que ha tenido la pandemia del coronavirus ha sido una creciente aceleración en el proceso de digitalización de las empresas. 

En este sentido, si extrapolamos esta realidad al sector legal, durante estos días de confinamiento, hemos podido asistir a una verdadera transformación en el modelo de prestación de servicios jurídicos por parte de los despachos de abogados. 

Las excepcionales circunstancias acontecidas en los dos últimos meses han forzado una implementación generalizada del teletrabajo en las firmas de servicios jurídicos. 

Durante este tiempo, las reuniones presenciales han sido sustituidas por videoconferencias, muchas veces encadenadas una tras otra, que han resultado en jornadas maratonianas de trabajo para muchos abogados de algunas especialidades, como las de Financiero o Laboral. 

El teletrabajo se ha impuesto de forma generalizada y ha funcionado, lo cual ha demostrado que las reuniones presenciales ya no son tan necesarias, estando incluso actualmente prohibidas, salvo autorización expresa, en muchos despachos de abogados.

La realidad es que el modelo de trabajo de los despachos de abogados ha cambiado de facto, tras haber irrumpidocon fuerza aplicaciones informáticas del tipo de “Zoom”, “Microsoft Teams” y similares. 

Y son más quienes piensan que en la “normalidad” hacia la que nos encaminamos, cada vez será más habitual el cierre de grandes acuerdos por videoconferencia.

Por este motivo, en los protocolos de continuidad elaborados por los grandes despachos de abogados de cara a la gestión del negocio durante las distintas fases de la desescalada y posteriormente, una vez recuperada la normalidad, la tendencia no es otra que continuar promoviendo el teletrabajo entre los abogados y evitar, en la medida de lo posible, los desplazamientos físicos a las oficinas.

En los próximos meses, los despachos seguirán promoviendo las reuniones por videoconferencia, incluso cuando los participantes de las mismas se encuentren presentes en sus oficinas, con el objeto de no discriminar a quienes estén trabajando desde sus casas. Los programas de formación interna continuarán impartiéndose en remoto, así como los “webinars” para clientes. 

El teletrabajo continuará funcionando y se compaginará con el trabajo presencial en la oficina, para lo cual, los protocolos de continuidad de los despachos han incluido numerosas medidas destinadas a garantizar la seguridad de los empleados. 

Con este objetivo, muchos despachos han llevado a cabo un rediseño de los espacios físicos, para garantizar una distancia de seguridad mínima entre los distintos puestos de trabajo en los espacios abiertos, adaptando el mobiliario de oficina, con la incorporación de mamparas de separación entre unas mesas y otras. 

Asimismo, algunas firmas de abogados han modificado incluso los sistemas de acceso a las oficinas, con la instalación de cámaras de reconocimiento facial, para evitar el uso de tarjetas magnéticas. 

En cuanto a las medidas de higiene, se mantiene el uso generalizado de geles desinfectantes, y se endurecen los requisitos para la contratación de servicios de limpieza, para incluir desinfecciones periódicas y profundas de las instalaciones. 

Muchos despachos han establecido sistemas de turnos para la incorporación gradual a las oficinas de aquellos que así lo soliciten, de manera que se organicen grupos de profesionales, los cuales trabajarán unos días presencialmente y otros días en remoto. 

Y en cuanto a los viajes de trabajo, es previsible que se vean sustancialmente reducidos en los próximos meses, lo cual podría afectar al desarrollo de la actividad comercial de los abogados. Algunos piensan que ésta puede verse potencialmente resentida, pues la captación de clientes por videoconferencia reviste de mayores dificultades, ya que hay matices en la comunicación entre las personas que son más difíciles de percibir en remoto.

En todo caso, en lo que parece haber un consenso generalizado, es que el modelo de trabajo que existía en los despachos antes de la crisis del coronavirus ha cambiado radicalmente, y con independencia de lo que ocurra en el futuro desde un punto de vista sanitario, muchos de esos cambios en el modelo de prestación de servicios jurídicos de los despachos de abogados se consolidarán en el tiempo. 

Published on Junio 2, 2020